La inteligencia artificial en la sociedad está cada vez más presente y al alcance de todos. Analizamos el uso de esta herramienta en el ámbito académico y en el mundo laboral. La inteligencia artificial en la sociedad es una realidad.
Por un lado, hablamos del modelo educativo que se sostiene a través del estudio. La memorización y los exámenes ha tambaleado ante la idea de que todo contenido sea generado a través de una máquina. Se ha llegado a dudar de la autoría de muchos trabajos. Han aparecido aplicaciones que resuelven los deberes directamente. Además del conocido Chat GPT que responde la mayoría de tus dudas a tan solo un click.
Es importante entender que el sistema educativo ha de actualizarse ante las nuevas necesidades, entendiendo el desarrollo de habilidades como el foco principal. Dar prioridad a las virtudes interpersonales. Desarrollar aquello que una máquina no puede replicar es imprescindible para formar a los trabajadores del futuro. Estos cohabitan con las respuestas a tan solo un clic.
La inteligencia artificial se introduce en la sociedad también el sector laboral. Ha saltado la alerta y hay muchos empleos que pueden peligrar. Si dirigimos la mirada hacia la redacción de textos, la programación, la edición o incluso la atención al cliente entre otros. La solución sigue siendo la misma, redireccionar las habilidades laborales que se han adquirido con los años. Además de profundizar en los aspectos que nos hacen humanos.
Por otro lado, en el mundo de la producción audiovisual existen trabajos técnicos que pueden hacerse mediante IA. Un ejemplo son las labores técnicas. En la actualidad se han visto ejemplos de trabajos en el sector que han sido realizados con la ayuda de inteligencia artificial. Entre estos trabajos están los efectos especiales o guiones. Han conseguido dar soporte al trabajo de los editores y guionistas.
Tangenio ha trabajado proyectos donde se empleó una plataforma que usa IA para hacer una planificación de la producción audiovisual. Sin embargo, existen ciertas características esenciales que distinguen la humanidad y no pueden ser reemplazadas. La capacidad de trabajar en equipo, tratar de manera personal con el cliente, adaptarse a sus necesidades, generar ideas creativas y plasmarlas en proyectos. A pesar de tener una planificación establecida es imprescindible saber gestionar los posibles inconvenientes, contratiempos y retos que surjan durante el camino de una producción.
En resumidas cuentas la inteligencia artificial ha venido para quedarse pero es importante adecuarse a las necesidades actuales. Está claro que convivir con la inteligencia artificial facilita el día a día, sin dejar de lado los rasgos humanos. Quizás estos rasgos han ido perdiendo el valor con respecto al conocimiento técnico y teórico. Hoy en día estas destrezas cogen fuerza y marcan la diferencia en empleos que necesitan habilidades que perduran en el tiempo y se enfocan en el análisis, la creatividad, la resiliencia y la motivación.